Bruno Munari, jugar con el arte
Munari empieza a experimentar con libros infantiles desde los años Cuarenta, con su curiosa mirada de diseñador y estudiando el ejercicio de lectura en la primera edad y su percepción de que los libros que ya existían eran "aburridos y poco llamativos".
Con este objetivo reflexionó sobre materiales, formato y estructura. Las texturas de diversos papeles, al tamaño y a la relación cromática, podemos percibir el libro de forma muy distinta.
En los años 50, creó los Libros Ilegibles , en los cuales usa como recurso narrativo todos los elementos con los que cuenta un libro, pero lo que menos destaca son las letras. Uno de sus libros más destacados:
Nella Notte Buia, en 1956.
El interés de Munari por acercar esta forma de comunicación no textual de los libros a “todas aquellas personas que jamás han leído un libro, por ejemplo, los niños en edad preescolar” desembocó en la creación de los “Prelibri” (Prelibros) en los años 80.
Estos libros, para niños en edad preescolar, que aún no saben leer ni escribir, les ayudan a familiarizarse con la lectura, despertando el deseo por los libros, un proceso en el cual se usa tanto el tacto, como la vista, el oído, el olfato, la imaginación y la lógica. Munari quería fomentar el desarrollo de la creatividad en los niños a través de los sentidos.
Trabajó con los niños técnicas como la estampación con materiales como fruta y verdura.
“Conservar el espíritu de la infancia dentro de uno durante toda la vida quiere decir conservar la curiosidad por conocer, el placer de comprender, el deseo de comunicar” Bruno Munari
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